Lonquén
© Mario Aguilar Benítez
En un día de otoño del 2010
Ven conmigo torcaza amiga
Que nos vamos a Lonquén
Lugar de amargura y de sequedad
Donde debes poner el canto y el futuro.
Ven conmigo arco iris de esperanza
Que nos vamos a Lonquén a soñar
Con un mundo mejor y sin necedad
Y trae quince torcazas y tu canto y tu amor.
Ven conmigo a Lonquén a abrazarlos
A saludarlos, a acompañarlos hoy
Pues la necedad de unos pocos
Trajo la novedad de muchos y la condena.
Ven conmigo a Lonquén Raúl de los pobres
Que finalmente descansarán los hijos de tu tierra
Pero no descansarán los verdugos asesinos
Y tampoco beberán de la visita divina.
Ven conmigo a Lonquén Cristián,
Alejandro, Abraham, Enrique
Que su valentía trajo la verdad
Y la verdad nos hizo libres para siempre.
Ven conmigo a Lonquén pueblo chileno
A abrazar a los que lloran y a los caídos también
Para que nunca más, para que siempre gritemos
Que los asesinos mataron y hoy caminan también.
Ven conmigo a Lonquén paloma de la esperanza
A abrazar a Enrique René, a Omar Enrique,
A Ramón Osvaldo, a Miguel Ángel, a Nelson,
A Carlos Segundo, a José Manuel, a Sergio Adrián,
A Sergio Miguel, a José Manuel, a Segundo Armando
A Rodolfo Antonio y a Iván Gerardo.
Ven conmigo a Lonquén a tomar el compromiso
De guardar la verdad y la poesía para siempre
Junto a los que quedaron y sufrieron y hoy están
Y dame la vena indómita de un unicornio blanco
Para gritar “Nunca más” y que en paz descansen.
Amén.
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lunes, 22 de marzo de 2010
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