jueves, 2 de abril de 2009

Renacer espumoso - poema

Renacer Espumoso

En esta tarde, ya noche, cierro mis ojos y veo
Lo que nunca imaginé, pero la realidad
Y quisiera contarte de cachalotes embalsamados y duros
Pero solo veo unas olas espumosas que se cuelgan del cielo.

Y quieres saber, si quieres de mis visiones oscuras y celestes
Del futuro, de nosotros, del planeta, de la calle con nombre,
Y de las posibilidades de lo único que percibo: la felicidad,
Entre los sentimientos del atornillado estomacal y la paz.

Veo la playa en azul y rosado y nosotros dos en la arena
Tratando de mirar el espectáculo dantesco de los cachalotes,
Esos dorados que llegan a la arena y se endurecen y alas
Escupen ingenieros, egoístas, canallas y símbolos de la patria.

Pero no te perturbes, no estoy perturbado sino que contento
En esta noche, otra noche, en que me haces falta y en que duermes,
O así me lo dices, y te creo, pues yo también duermo, a veces
Y otras veces, las más, tengo visiones de firmamentos, notas y archivos.

Y la playa dorada, azul y rosada se llena de tráfico que va adelante
Hacia otro mundo que no es el nuestro, y debemos verlo y sentirlo
Pero es el aroma de vainilla y madera que nos guía a las visiones
Que llegan y que nos arrastran juntos, tomados de la mano.

Y veo en las olas espumosas unas canoas, barcarolas doradas,
Conchas de molusco gigantes en que los músicos y sus arpas
Llevan la posibilidad de decir, este es el mundo real,
Adiós cachalotes, y cangrejos con pinzas rojas, adiós.

Pues avanzamos hacia las olas espumosas sin importarnos la altura
Y solo importa esa brisa fresca que lleva rocío a nuestras mejillas
Y esas caricias que parecen inundar la posibilidad de que seamos
Y que seamos los únicos que entran en las conchas de moluscos.

Y veo un túnel a través de las olas que nos lleva hacia el sol
Hacia un espacio vacío de gente y de peces y de mosquitos,
Y vacío de sonrisas malévolas y de caguiyes y de posibilidades
Pues lo único que existe es un tiempo rosado con alas verdes.

Y ahí el aroma y las manos y las posibilidades rosadas
Nos llevan hacia la inercia del amor y no solo ya no hay dolor
Sino que también hay gozo, hay paz, hay silencio, hay vida
Y te cuento lo que me hace feliz: estamos tú y yo. Nadie más.

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