Alambradas y praderas
(c) Mario Aguilar Benitez
Un sábado de octubre
Pasan los minutos de un día de sol
Y ya casi llega la tarde y la luz fina
Refleja el ocaso del día para descansar
Y no puedo descansar, solo quiero vivir.
Y cada minuto que me aleja de tu voz
Me lleva a la melancolía y leo y escribo
Y descubro nuevas voces, todas con historias
Y en cada una de esas voces escucho la vida.
Y siento que las alambradas ya no son más
Pues veo las praderas donde puedo retozar
Aunque sea en mi imaginación y allí voy
A las praderas del corazón, ya voy, junto a ti.
sábado, 17 de octubre de 2009
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