VII Iustitia et Conversatio
Y conversa el jesuita y el indígena
En alguna parte de la selva, esa verde
Que después se llenó de máquinas y ruidos
De progreso, y falta de sabiduría, de represas.
Y conversaron de la ausencia de la verdad
De la ausencia de algo que fuera común
De la falta de justicia por parte de los colonos
Y de la esclavitud que combatían, algo en común.
Y conversaron de la verdad y de la justicia
Valores del Reino, valores de la sabiduría
Y decidieron que no existió en el mundo
Solo en los corazones de los justos y de Dios.
Y conversaron de la posibilidad recóndita de hallarla
Y decidieron los dos en común que no la hallarían
No esperaba, sino que sería antártica y nevada
Y solo podrían luchar por cimentarla en los ríos.
sábado, 20 de febrero de 2010
miércoles, 17 de febrero de 2010
Canto a la Justicia VI
VI Iustitia et Transformatione
¿Dónde te fuiste Señor de la justicia?
¿Dejaste de hablar o d murmurar doctrinas?
Dios inmanente y omnisciente ¿dejaste de existir?
¿Dónde estuviste en la matanza de las Américas?
Desde el Cabo de Hornos al Cabo Verde estuviste
Pero cambiaste de bando, no, perdón, no cambiaste
Nosotros personas altaneras y viejas piadosas nos equivocamos
Dios, te fuiste de las iglesias a las matanzas.
Y ahí, caminaste con los esclavos, con la mujer violada
Con los negros, con los mestizos, con los asesinados
Fuiste uno con los animistas y los pordioseros
Y poco a poco te encarnaste nuevamente en tu pueblo.
Y la justicia llegó y habitó la tierra nuevamente
Y ya no caminaste con los pobres y los oprimidos
Fuiste uno de ellos, fuiste, y te hiciste indígena
Libertino, enfermo, mujer y perseguido para siempre.
¿Dónde te fuiste Señor de la justicia?
¿Dejaste de hablar o d murmurar doctrinas?
Dios inmanente y omnisciente ¿dejaste de existir?
¿Dónde estuviste en la matanza de las Américas?
Desde el Cabo de Hornos al Cabo Verde estuviste
Pero cambiaste de bando, no, perdón, no cambiaste
Nosotros personas altaneras y viejas piadosas nos equivocamos
Dios, te fuiste de las iglesias a las matanzas.
Y ahí, caminaste con los esclavos, con la mujer violada
Con los negros, con los mestizos, con los asesinados
Fuiste uno con los animistas y los pordioseros
Y poco a poco te encarnaste nuevamente en tu pueblo.
Y la justicia llegó y habitó la tierra nuevamente
Y ya no caminaste con los pobres y los oprimidos
Fuiste uno de ellos, fuiste, y te hiciste indígena
Libertino, enfermo, mujer y perseguido para siempre.
sábado, 13 de febrero de 2010
Csnto a la justicia V
V Iuris et Africa
Tráeme el siglo XVI y se abren las fuentes de la negritud
Y llegan los portugueses a hacer esclavos y a matar
El Dios cristiano y los dioses africanos quedan silenciados
Cuando los ejércitos, los árabes y los esclavistas reinan.
Y las playas reciben a hombres con peluca que matan
En nombre de Dios y de su Iglesia y misioneros “implantan”
La Iglesia entre los “animistas” que no saben
Y finalmente ellos saben pues sus dioses no hablan y callan.
Y el Dios europeo, castigador y ordenado, reina
Los ejércitos arreglan fronteras y siguen las misiones
De muchos países coloniales llevando salud y educación
Pero matando el espíritu y la justicia organizada de los pueblos.
Y Dios así como en las Américas y el Tíbet está en silencio
El Dios del amor no existe, el Dios de la caridad calla
El dios de los rifles, de los cañones y de la avaricia reina
Y la ausencia de Dios se nota en los esclavos sin esperanza.
Tráeme el siglo XVI y se abren las fuentes de la negritud
Y llegan los portugueses a hacer esclavos y a matar
El Dios cristiano y los dioses africanos quedan silenciados
Cuando los ejércitos, los árabes y los esclavistas reinan.
Y las playas reciben a hombres con peluca que matan
En nombre de Dios y de su Iglesia y misioneros “implantan”
La Iglesia entre los “animistas” que no saben
Y finalmente ellos saben pues sus dioses no hablan y callan.
Y el Dios europeo, castigador y ordenado, reina
Los ejércitos arreglan fronteras y siguen las misiones
De muchos países coloniales llevando salud y educación
Pero matando el espíritu y la justicia organizada de los pueblos.
Y Dios así como en las Américas y el Tíbet está en silencio
El Dios del amor no existe, el Dios de la caridad calla
El dios de los rifles, de los cañones y de la avaricia reina
Y la ausencia de Dios se nota en los esclavos sin esperanza.
viernes, 12 de febrero de 2010
Canto a la justicia IV
IV Iuris et Tempus
Y en ese mismo siglo llegaban jesuitas al Tibet
A Lhasa y a Lakh, donde no habló Dios
No existía la posibilidad de que Dios viviera en las selvas
O en las capillas, o en los corazones, no existía.
Tson-Kahpa ya había hablado del principio de la intemperancia
Del desapego a lo material, no el apego a un Dios
Que no existía, que no hablaba, que no caminaba allá
Y solo se creía en “sufrimiento” y en la ética de la justicia.
[Es difícil pensar que uno no está loco escribiendo esto
Entre las olas brillantes de una playa que se mueve rápido al infinito]
Teodicea tibetana de la nada, doctrina budista del desapego
Y los jesuitas estudian en el monasterio de Ganden
En los patios sagrados del amadrinamiento sobre la nada
Donde el discípulo de Ignacio estudió, aprendió y despertó.
Y los tiempos de las Américas, del Tíbet y de África eran,
El tiempo de la nada.
Y en ese mismo siglo llegaban jesuitas al Tibet
A Lhasa y a Lakh, donde no habló Dios
No existía la posibilidad de que Dios viviera en las selvas
O en las capillas, o en los corazones, no existía.
Tson-Kahpa ya había hablado del principio de la intemperancia
Del desapego a lo material, no el apego a un Dios
Que no existía, que no hablaba, que no caminaba allá
Y solo se creía en “sufrimiento” y en la ética de la justicia.
[Es difícil pensar que uno no está loco escribiendo esto
Entre las olas brillantes de una playa que se mueve rápido al infinito]
Teodicea tibetana de la nada, doctrina budista del desapego
Y los jesuitas estudian en el monasterio de Ganden
En los patios sagrados del amadrinamiento sobre la nada
Donde el discípulo de Ignacio estudió, aprendió y despertó.
Y los tiempos de las Américas, del Tíbet y de África eran,
El tiempo de la nada.
sábado, 6 de febrero de 2010
Canto a la justicia III
III Iuris et Orbis
Conversaban un jesuita y un indígena en las cataratas
Y el mensaje era claro: contradicción del orden divino.
Dios creó el orden y la justicia y el hombre lo pisoteó
Y le destrozó desde el principio, después de la creación.
Pero es claro que Dios no quería eso, no lo deseaba
Y el jesuita y el indígena no se ponían de acuerdo
En el Dios que debía ordenar las posibilidades de la justicia
¿El Dios indígena o el europeo? ¿O sería el mismo?
Y las discusiones de justicia fueron las primeras de teodicea
¿Qué Dios? ¿Existía? ¿Dónde? ¿Qué idioma hablaba?
¿Dónde vivía? ¿Qué hacía? Y todavía los primeros dejos
De su ausencia, en el imperio portugués y sus esclavitudes.
Y los que dudan no escuchan a un Dios que quedaba en Europa
El Dios que ya no hablaba en las Américas y no existía
Dios habló muerto en los corazones y la justicia humana era la única
La justicia globalizante de la injusticia, de la violencia y muerte.
Conversaban un jesuita y un indígena en las cataratas
Y el mensaje era claro: contradicción del orden divino.
Dios creó el orden y la justicia y el hombre lo pisoteó
Y le destrozó desde el principio, después de la creación.
Pero es claro que Dios no quería eso, no lo deseaba
Y el jesuita y el indígena no se ponían de acuerdo
En el Dios que debía ordenar las posibilidades de la justicia
¿El Dios indígena o el europeo? ¿O sería el mismo?
Y las discusiones de justicia fueron las primeras de teodicea
¿Qué Dios? ¿Existía? ¿Dónde? ¿Qué idioma hablaba?
¿Dónde vivía? ¿Qué hacía? Y todavía los primeros dejos
De su ausencia, en el imperio portugués y sus esclavitudes.
Y los que dudan no escuchan a un Dios que quedaba en Europa
El Dios que ya no hablaba en las Américas y no existía
Dios habló muerto en los corazones y la justicia humana era la única
La justicia globalizante de la injusticia, de la violencia y muerte.
Canto a la justicia II
II Todo Justicia
Y llegan los tiempos del Virrey y son los jesuitas
Padres educados y valientes que llegan y dan todas
Las tierras tomadas para el cultivo en la injusticia
Y allí ellos solo saben lo que pasó en las Misiones.
Y así es que las tierras de Peñalolén se van y no quedan
Mientras que todos los jesuitas son expulsados pronto
Y puestos en botes a Europa, a los países que los acogen
Lejos en Rusia y Polonia y el este de Europa.
Toda justicia conlleva el riesgo, y el riesgo, corazón,
En tiempos que no llevaban la posibilidad del cambio
De ir, de venir, de la comodidad, tiempo en que
Si había una elección de la segunda semana de Ignacio.
Toda elección lleva la posibilidad de que pronto se debe,
Sí, se debe elegir entre lo que es bueno y lo malo, la hostia perenne,
El fiel amigo, y contra Pellegrin y otros, el corazón,
El corazón manda y manda a los jesuitas a tomar el camino hasta el final.
Y llegan los tiempos del Virrey y son los jesuitas
Padres educados y valientes que llegan y dan todas
Las tierras tomadas para el cultivo en la injusticia
Y allí ellos solo saben lo que pasó en las Misiones.
Y así es que las tierras de Peñalolén se van y no quedan
Mientras que todos los jesuitas son expulsados pronto
Y puestos en botes a Europa, a los países que los acogen
Lejos en Rusia y Polonia y el este de Europa.
Toda justicia conlleva el riesgo, y el riesgo, corazón,
En tiempos que no llevaban la posibilidad del cambio
De ir, de venir, de la comodidad, tiempo en que
Si había una elección de la segunda semana de Ignacio.
Toda elección lleva la posibilidad de que pronto se debe,
Sí, se debe elegir entre lo que es bueno y lo malo, la hostia perenne,
El fiel amigo, y contra Pellegrin y otros, el corazón,
El corazón manda y manda a los jesuitas a tomar el camino hasta el final.
Cantico a la justicia I
Cántico a la Justicia
I Pasado
Canto hoy a la justicia milenaria que me impulsa
Esa que impulsó a los indígenas a resistir.
Arauco indómito, era justicia el resistir
A los europeos que llegaban, con cruz y espada.
Y la justicia fue no creer en sus dioses cristianos
Pues solo llevaban muerte, destrucción en nombre de Dios
Y no llevaban ni prosperidad ni esperanza
A las huestes determinantes que ya vivían en Peñalolén.
Justas fueron las espadas que se transaron por sobre todo
Y que resistieron la posibilidad de la esclavitud y el llanto
Y la cruz trajo esclavitud, violación, violencia y guerra
Con las huestes malolientes del descubrimiento mentiroso.
Justicia fue la lucha contra el orden establecido y lo fue
De génesis a apocalipsis y lo es ahora y lo será siempre
Pues las colonias existen, los colonizadores mienten y existen hoy.
I Pasado
Canto hoy a la justicia milenaria que me impulsa
Esa que impulsó a los indígenas a resistir.
Arauco indómito, era justicia el resistir
A los europeos que llegaban, con cruz y espada.
Y la justicia fue no creer en sus dioses cristianos
Pues solo llevaban muerte, destrucción en nombre de Dios
Y no llevaban ni prosperidad ni esperanza
A las huestes determinantes que ya vivían en Peñalolén.
Justas fueron las espadas que se transaron por sobre todo
Y que resistieron la posibilidad de la esclavitud y el llanto
Y la cruz trajo esclavitud, violación, violencia y guerra
Con las huestes malolientes del descubrimiento mentiroso.
Justicia fue la lucha contra el orden establecido y lo fue
De génesis a apocalipsis y lo es ahora y lo será siempre
Pues las colonias existen, los colonizadores mienten y existen hoy.
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Mario Aguilar Benitez
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