sábado, 6 de febrero de 2010

Canto a la justicia III

III Iuris et Orbis

Conversaban un jesuita y un indígena en las cataratas
Y el mensaje era claro: contradicción del orden divino.
Dios creó el orden y la justicia y el hombre lo pisoteó
Y le destrozó desde el principio, después de la creación.

Pero es claro que Dios no quería eso, no lo deseaba
Y el jesuita y el indígena no se ponían de acuerdo
En el Dios que debía ordenar las posibilidades de la justicia
¿El Dios indígena o el europeo? ¿O sería el mismo?

Y las discusiones de justicia fueron las primeras de teodicea
¿Qué Dios? ¿Existía? ¿Dónde? ¿Qué idioma hablaba?
¿Dónde vivía? ¿Qué hacía? Y todavía los primeros dejos
De su ausencia, en el imperio portugués y sus esclavitudes.

Y los que dudan no escuchan a un Dios que quedaba en Europa
El Dios que ya no hablaba en las Américas y no existía
Dios habló muerto en los corazones y la justicia humana era la única
La justicia globalizante de la injusticia, de la violencia y muerte.

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