VIII Iustitia et Esse
Y en otro lugar del planeta conversan otros dos
El abad de Ganden en el Tibet de antaño
Y el jesuita que estudiaba la sabiduría
Esa tibetana sin Dios y de la religión Bon.
Y en Ganden las justicia emanaba de las mantras
De esas piezas oscuras con lámparas de cera
De cera de yak y estatuas del Iluminado
Del cántico de los que pedían estar vacíos.
Y la justicia emanaba del derecho a ser
En una sociedad feudal en que los maitines existían
Como los bastiones del mundo, como el centro
Y ya antes de que existieran estaba el Potala como centro.
Y el jesuita debió volver a Roma vacío
Sin conversos, sin solidad de Jesús
Sin trabajo, y sin Dios, pues el Dios que llevaba
No había hablado en la vaciedad del Tibet.
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