sábado, 16 de mayo de 2009

Cafe Colonia - Poema

Café Colonia

16/05/09

Un día sábado de enamorados pero la verdad no de ellos
Un día sábado de paseo, de enamoramiento, de sentimiento
Un día sábado de madres, celos, hermanos, hijos, idos
Pero lo más importante un día sábado de tú y yo.

Y ahí entre las luces del centro de la ciudad existió la duda
Esa duda de muchos años, la destrucción de lo tradicional
La inserción de las multinacionales, las comidas rápidas,
Los suicidios gastronómicos y las ventas rápidas de la muerte.

Y dónde ir con una griposa y un melancólico piojoso
En medio de la noche, el cansancio y los síntomas de enfermedad.
Es cierto que la oscuridad guía y ahí llegamos a la ciudad de Kőln,
Esa de la catedral, de los luchones y las tartas de maravilla y sepia.

Fue un encanto ver la posibilidad de revivir el amor de tantos,
Las memorias de antaño y del futuro en que te pude asegurar que sí
Que el lugar alemanesco trae memorias de abuelas rebeldes y de poesía
Pero también de revolucionarios y de la posibilidad de recordar el acecho.

Pues en el Colonia se produjeron las posibilidades de los mensajes antajosos
Y también el acecho del dino o los dinos de la muerte, en que no hubo nada
Sino que una torta de miedo y de acecho, y una posibilidad fortuita de la vida
Aunque las posibilidades hubieran sido de poder gozar de lo dulce y lo salado.

Y te veías cansada y algo distante pero contenta de la posibilidad de llegar
A degustar los helados, las tortas, los de ave, los jugos y las extravagancias
Esas que llevan a gozar de la degustación y de la posibilidad del comentario
Ese amoroso que te dijo mis sentimientos de amor, de necesidad, más que ayer.

Pues el Café Colonia se quedará en el recuerdo de cuarenta años de posibilidades
Que se realizan pues me hiciste degustar de lo que no pensaba: lo dulce y lo amoroso
Y me miraste enamorado mientras te decía que los días son bonitos pero cortos
Pues te necesitaba siempre y lloraba sin esa posibilidad de llevar el tudel dentro.

Bendita la tarde y la esperanza que llegó de una once completa, un banquete,
Una primicia, una continuidad, que se expresa en el manjar de la honestidad,
De la caricia, del amor, de la confianza, del futuro, de la posibilidad de que ya
Hayas llegado a nuestro café con la esperanza y la alegría de generaciones blancas.

Y, Café Colonia, te has portado silencioso pues sabes mi memoria de tortas
Con una abuela neurálgica, con una polola ida, con una mano cadenciosa y verde,
Las palabras y el café de un revolucionario y finalmente la ternura del amor ahora
De la promesa inminente de la revolución matriarcal y del hogar juntos, cerca de ti.

Y, Café Colonia, quédate unos años más junto a mí, todavía tendrás más secretos,
Todavía tendrás que escuchar el velo cadencioso de mi compañía y más tarde,
Sí, más tarde podrás llevar secretos del corazón, de escapadas y de secretos allá,
Donde te alzas como el lugar de muchos, de conversaciones ayunadas y de jugos
Que ayudaron a pasar el momento tierno, en que nuevamente te amé, sí, más y más.

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